No debemos confundir Excálibur, la espada entregada por la Dama del Lago, con la espada que saco el Rey Arturo de la roca y le sirvió para coronarse rey.
El rey Arturo usaba la espada que sacó de la roca, acción por la que lo coronaron Rey, pero en un combate contra Sir Pellinore, la espada se rompió.
Arturo acudió a Merlín para que le diese una nueva espada. Merlín, lo llevo hasta un lago donde vivía una poderosa bruja con aspecto de hermosa joven, a la que llamaban la "Dama del Lago" y tenía un castillo en el fondo de lago, donde guardaba una espada mágica llamada Excálibur.
Excálibur, se guardaba en una vaina que tenia las propiedad mágica de evitar que el Rey Arturo derramase su sangre cuando la llevaba a las batallas.
Merlín advirtió al Rey Arturo, para que no la entregase a nadie y fuese muy prudente y cuidadoso con la vaina, porque preveía que un día llegaría una mujer de su plena confianza, que intentaría arrebatarle la vaina de Excálibur para siempre.
Cuando Arturo se halla moribundo por las heridas causadas por su hijo Mordred, ordena a uno de sus caballeros de la Tabla Redonda, que arroje la espada al lago y en ese momento surge la mano de Nimue, la Dama del Lago, para recogerla.
Excálibur, permanecerá en el fondo del lago, aguardando el día que regrese el Rey Arturo.
La espada de San Galgano, al igual que la espada que saco el Rey Arturo de la roca, también permanece incrustada en la roca, sin que nadie haya sido capaz a sacarla.
Galgano era un joven que se convirtió en caballero y tuvo una vida disoluta y pecaminosa. Un día se le aparece el arcángel San Miguel y lo acompaña hasta el monte Siepi dónde le muestra a los doce apóstoles reunidos con con Jesús. El arcángel le pidio que cambiase de vida y Galgano se arrepiente y deja las armas, clavando su espada en una roca. San Galgano fundó una abadía, cerca de Siena, donde todavía se puede contemplar la espada hundida en la roca.
La espada permanecía sin protección y quien quería podía intentar sacarla de la roca, sin que hubiese ningún impedimento.
Pero uno de lo aspirantes forzó tanto la espada, que no consiguió sacarla, pero si la rompió por debajo del pomo. A partir de ese momento se ha cubierto con un cristal.